DESEANDO MIS VACACIONES
Estaba deseando que llegaran mis vacaciones. Como cada año por esas fechas, mi grado de estrés y cansancio era extremo y estaba contando los días.
En los últimos meses ya estaba soñando con las vacaciones perfectas. Me imaginaba que viviría experiencias únicas con mi pareja; al tener más tiempo libre, posiblemente tuviéramos más momentos de intimidad, más sexo... También fantaseaba con la idea de compartir aficiones con mis hijos, conversaciones y aumentar la complicidad entre nosotros.
Todo esto se desvaneció cuando comenzamos las vacaciones. El primer fallo fue ir a un apartamento turístico.
Hablé con mi marido y quise explicarle lo que pensaba, pero tanto él como los niños decían que ya estaba poniendo pegas. Me dijo que con el dinero que nos ahorraríamos al no ir a un hotel, lo gastaríamos en hacer más salidas y excursiones y ¡claro! los niños estaban de acuerdo.
Así que mi fantasía de descansar y desconectar de todo (hasta de las tareas domésticas) se fue al traste.
La maravillosa idea de tumbarme sin hacer nada, se diluyó allí mismo.
Mi realidad era como todos los años, diría que casi hacía más trabajo doméstico que en casa, pues no disponía de tantas comodidades. Si ibamos a la playa, yo no lo disfrutaba igual porque no estaba relajada.
Tenía que pensar en lo que iba a tardar en hacer la comida y marcharme antes, porque si les decía que nos marchásemos todos juntos, me decían que no tenían nada que hacer mientras se hacía la comida, así que mi resignación y yo nos íbamos antes.
Por la tarde, mientras mi marido y mis hijos hacían la siesta, yo aprovechaba para recoger, fregar platos, lavar ropa... ¡Total! Que cuando por fin me tumbaba a descansar, ya querían salir a dar una vuelta.
En resumen, mis vacaciones no son vacaciones, no como yo las soñaba. Si, no acudo al trabajo en esos días, pero no paro de hacer de "chacha" y si me quejo me llaman "aguafiestas".
Este es el testimonio de Andrea, una de mis clientas, que harta de vivir estas situaciones, acudió a mi para que la ayudara a aprender a cambiar esto.
¿Te has sentido identificada? ¿Te sientes como Andrea, un cero a la izquierda?
Me encantará que me cuentes tu historia, como a Andrea, también puedo ayudarte.
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Mari Carmen Picazo © Todos los Derechos Reservados.